Nº 21/ Otoño (octubre) de 2011     HARTZ
     
     
    ALBERTO LAURO  
   Poeta  nacido en Holguín (Cuba)
en 1959.  Ha publicado en Espa–
ña plaquetas y libros de poemas
entre los que destaca: Cuaderno
de Antinoo
(1994). Ganó el Pre–
mio Novela Odisea del 2004 con
En brazos de Caín y, en 2011, el
XVI Premio de Poesía Luys San–
tamarina de  Cieza con  Hijos de
mortales
. Vive en España desde
1993.  Es articulista del diario La
razón
.
 
  TANGO PARA CARLOS EDMUNDO DE ORY  
  Aquí tengo dos copas y un caro champán rosado
Bebamos amigo mío sin labios como si fuera un delito
Exentos de ambiciones    de rencor
Esperando lo que nunca llega

Tú como yo o yo como tú has tenido una cabaña
Que flotaba en las nubes o tierra adentro en alta mar
Océano de hojas y páginas era nuestro sueño
El fuego coronando nuestras noches
No nos pongamos graves ni trascendentes
Que las campanas no han de repicar a muerto
Mientras bailamos un tango

Estamos vivos bebamos a la salud de los cuervos
Suba la música embriagada de tinieblas
Tú quieres un toque flamenco por alegrías de Cádiz
Yo un son de Cuba pero acordamos mejor un tango
El bandoneón es un lobo que ladra bajo la luna llena

Salimos a la pista vacía
En la pavorosa soledad no hay sobrevida
Bailamos como dos potros desbocados al azar
Por llanuras infinitas sin movernos
Lauro –me dijiste– no temas a hacer el ridículo

Eso te hará mejor poeta
Y si fueras Dios qué harías preguntaste:
Ponerle un preservativo a la Vía Láctea
¿Imaginas a dónde vamos a parar en una eyaculación astral?
Y qué haríamos    pobres mortales    si ahora no bailamos un tango
Y de qué sirve gastar dinero en reparar dientes
Para triturar y deglutir la nada
Cuya excrescencia no tiene forma ni color

Entonces qué mejor que bailar un tango dos que no saben bailarlo
Tus pies enredándose en los míos
Abrazados como dos chimpancés ebrios de champán
A puntos de caernos
Mejor te propuse hablemos de Rimbaud
Laura tu mujer mira a Lauro
Sonriendo y resignada
El camarero invita porque no son dos borrachos
Un anciano y un joven    equívoca pareja
Sino dos poetas que bailan
Sobre febriles palabras de música y llanto
Mejor bebamos este carísimo champán rosado
Hecho con sangre de pájaros heridos
Además los amigos nos miran con cara de pocos amigos
Estamos haciendo el ridículo
Pero a nosotros qué nos importa si ya no importa nada
Y los que miran mientras te abrazo
Seguro piensan lo que no es.

 
    volver