Nº 11/ Verano (junio) de 2006     HARTZ
     
     
    ANGELA REYES  
     Nacida en Cádiz  (1946).  Reside
en Madrid. Cofundadora y miem-
bro directivo,  desde 1980,  de la
Asociación Prometeo de Poesía. Po-
etisa —nueve poemarios editados,
desde  Amaranta  (1982)  hasta
Carméndula (2000)—, y también
narradora (dos libros de  cuentos
y dos novelas publicadas).  Entre
sus premios se hallan el  Premio
Leonor, el Vicente Gaos y el  San
Lesmes Abad.  Ha sido  última fi-
nalista  del premio  Andalucía  de
Novela.
 
     
 
Madrid, 11-M

PASABA BAJO EL PUENTE Y LA CAMPANA
de las ocho doblaba a Dios con insistencia.
Perdóname, Señor, pero no quiero ir contigo
ni con ninguno de Tus Santos.
No sería prudente subir a la mañana eterna
y visitarte
para hablar de los panes y los peces
mientras aquí, una mujer que llora
recoge de las vías lo que queda del hijo
y lo guarda en su seno, en donde ayer lo tuvo
hasta que se hizo hombre y supo caminar.

Quiero quedarme un poco más en esta tierra,
y unirme a su dolor como un esparadrapo.
Quiero que, cuando pase el tren
con sus gardenias explosivas y en dos me parta el talle,
venga mi madre a darme un sorbo de agua,
no el Ángelus celeste,
sino mi madre y su sonrisa,
tan cercana a la rosa de los vientos.
Que espere un poco el "Más allá"
y la resurrección del tuétano.
Voy a bajar por este río
antes de que en mi pecho se fugue el corazón,
amilanado,
al ver tantos caídos de la cruz
y de la media luna.
No podría subir a la felicidad eterna
si aquí se lucha por transformar la muerte en trigo.
Si en la casa sin padres,
una muchacha aprende a colgar las cortinas,
y el niño limpia el polvo del retrato
donde hay dos ausentes
que miran como miran las gaviotas
que vuelven de altamar.
No podría ausentarme ahora
que todos rezan juntos, y pronuncian,
para nunca olvidarlo,
lo único que de ellos queda:
el nombre.

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