Vuelve
la calma el intranquilo
silencio de las aves
escudriña mis actos
oculto entre las ramas
	otra vez
un murmullo
excava galerías
bajo mis pies desnudos
vuelve
la asfixia
el calor que respiro del asfalto
se encierra en mi garganta
haciendo boquiabiertos
los ahogos
el sol omnipresente
la cenital
total
brutal
perseverancia
y su luz
señlándome
la radiografía
fotografía
cartografía
diagnosticando
revelando
registrando
todo pensamiento
la autopsia
diseccionando
cuanto vaya a nacer
por dentro
	de mis párpados
unos ojos enhebran
su hilo por el hueco de mis ojos
con certeras puntadas
tiran de los anzuelos
anclados en el fondo de mi vista
las aprietan
confunden mis costuras con las suyas
	ya ven
lo que yo veo
introducen su mano
por mi espalda
y me mueven los labios
pero hablan con sus voces
usan mis feromonas
se tragan mi comida
acarician la carne de mis hijos
hacen por mí el amor
con quien yo yazgo
me observan
mientras duermo
se mezclan con mis células
	los transporto
en todas las miradas
en cada pensamiento
partícipe de tanta consonancia
	imagino ser yo
imagino ser yo
en todos sus actos
en todos mis actos
y en un instante todo
me parece creíble
yo mismo
me repito
me replico
soy un número
tan sólo
divisible por mí mismo
	me divido
conozco la medida de lo indivisible