Nš 7/ Verano (junio) de 2004   HARTZ
   
  EMILIO COCO
  Poeta, traductor y crítico italiano
nacido  en  San Marco  in Lamis
en 1940.  Se ha distinguido por
sus traducciones de poesía, del
italiano al español  y viceversa,
en ediciones bilingües;  por de-
dicarse también a traducir el te-
atro español a su idioma. Entre
sus  libros de poesía propia  se
cuentan: Profanazioni  (1990),
Le  parole  di sempre  (1994)
y Piano bar  (2001).
   
  TRES SONETOS INÉDITOS

Traducciones de Carlos Pujol
 
  JUSTA VENGANZA  
  Si llegamos los dos a noventa años,
yo medio dislocado y alelado,
y tú sana del cuerpo y de la mente,
derecha como un huso, ello se debe,

me dirás con orgullo, a tantas horas
de gimnasio y a largas caminatas,
mientras yo alimentaba el alma mía
con poesía y demás gilipolleces,

te pregunto, si juntos alcanzamos,
yo hecho migas y tú como una rosa,
los noventa malditos en cuestión,

si por no haber seguido tus consejos
de mí te tomarás justa venganza,
encantada de todos mis achaques.

 
  MI EDREDÓN  
  Cuanto más viejo es más generoso.
Blando y acogedor, se hace adherente
a las piernas en busca de descanso
como descomunal pasta de hojaldre.

Me reposa y me da la sensación
en las noches más frías del invierno
que un cálido edredón me está envolviendo
con más calor que el fuego del infierno,

aunque me hace sentir como en el Cielo.
Ya no podría separarme de él
ni siquiera un instante. Satisfecho

en la cama se tiende sobre mí,
se agita en sueños, se me encaja mientras
con él me sintonizo y me deleito.

En sus olas quisiera izar la vela.
Y hundirme en sus arenas movedizas.

 
  HIELO  
  Con el paso del tiempo regañamos
más a menudo aún, y por bobadas.
Con la mirada baja ambos sentimos
al otro como extraño, amurallados

en rencor y mutismo. Si más tarde
llegamos a rozarnos por error,
en las venas la sangre se nos hiela,
petrificados ya por el terror

de una mala pasada de la noche
que en sueños puede hacernos abrazar.
Al borde de la cama, en equilibrio,

esperamos el alba, suspirando
aliviados, rezando porque el hielo
de estos cuerpos jamás llegue a fundirse.

Versión original en LIBRETO: 3
 
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