Nº 23/ Primavera (marzo) de 2013     HARTZ
   
  JOSÉ DANIEL ESPEJO
   Poeta nacido en Orihuela (1975),
reside en Murcia. Es licenciado en
Filología  Hispánica.  Publicó  Los
placeres de la meteorología
en
el 2000,  libro al que han seguido
Quemando a los idiotas en las
plazas
(2001) y Música para as–
censores
(2007). Es colaborador
habitual en la seccion de  opinión
de La opinión de Murcia.
   
  ORÁCULO  
  En el poema hay un oráculo,
un profeta, una vieja ciega
a quien poder consultar. Por el futuro,
por el sentido, por lo que duele,
por lo que ata. Y allá me dirijo
y elevo mis preguntas: ¿habrá un fin
para el tiempo de zozobra, habrá una paz
que limpie el aire en torno a mí
y me permita mirar no a través de fantasmas
y amar como solía? ¿Y mis poemas?
¿Irán a alguna parte? ¿Expandirán
el gas de la diosa al dispararse los resortes
que pliego en sus livianos mecanismos?
¿Podré mirar un día mi vacía identidad
y hallar en ella las letras de la palabra poeta?
Escribo muchos versos, ¿para qué?
¿Lo sabré alguna vez? ¿Me sentaré
un día en mi casa, con los míos
sabiendo quién soy yo, cuál es mi casa
y a quién llamar familia para siempre?
¿Y qué hay de la lucha? ¿De algo sirve?
¿Será posible hacer lo suficiente,
mover con valor la palanca definitiva,
encontrar mi posición entre las filas
de aquéllos que luchan y de aquéllos que sueñan
y no poder distinguir entre unos y otros
y tampoco que a mí se me distinga?
¿Y qué esperar con Carmen? ¿Seré capaz
de conservarla a mi lado, ser quien debo,
parecerme a ese tipo que ella ve,
nadie sabe por qué, pero qué suerte?
¿Y mis hijos? Dime el día
exacto en que todo sea perfecto,
contéstame, oráculo. Y la anciana
miró al infinito como solo las viejas
invidentes pueden hacer, y contestó:
"¿No has visto muchas películas, tú,
demasiadas comedias del Siglo de Oro?
¿Esperas el Rapto, el dios ex machina
o a Richard Gere visitándote con rosas?
Nada va a solucionarse de repente,
esos viejos fantasmas no desaparecerán,
pues a ti te pertenecen, y son tú
igual que tus orejas o tus gafas de cegato.
Nada vas a transformar con tus poemas
pero continuarás escribiéndolos sin que nadie los lea.
No podrás llamarte poeta sin vergüenza,
e igual tu compromiso con la lucha
no te dará ni un nombre ni una guía,
ni sensación de descanso ni el fin de la zozobra.
No alcanzaréis vuestros propósitos. Tampoco cejaréis.
Períodos de agonía seguirán a otros de euforia
y eso será todo. Aprende lo que puedas
y abandona esperanzas escritas en mayúscula
y búscate un abogado. Igual que te preguntas
ahora por quién eres seguirás preguntándote
hasta el día en que te mueras, y lo provisional
jamás se tornará en definitivo
por magia de varita. Tampoco te caerá
ninguna lotería. ¿Y Carmen? Bueno, puedes
preguntárselo a ella. Si tienes suerte,
y logras mantener a tus fantasmas a distancia,
y aprender un poco más del amor y de la vida
y un modo distinto de comunicarte
puede ser que la conserves, pero no
des por hecho ni un minuto más de amor,
intenta siempre ganártelo. Y entérate de que tus lados
más sucios y patéticos estarán a la vista
en un momento u otro y que eres tú
el peor de los peligros. Defiéndela de ti
sin esconderla de ti, si es que esto es posible
y tiene algún sentido. Y lo mismo es válido
también para tus hijos. Nada será
suficiente, no digamos ya perfecto.
Nada será suficiente.
Nada será como antes.
Ahora márchate.
 
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