Nš 5/ Invierno (diciembre) de 2003     HARTZ
   
  JESÚS URCELOY
   Poeta nacido en Madrid (1964).
Profesor de Escritura Creativa y
universitario, además de poesía
escribe teatro. Su primera obra
se publicó en 1997, el Libro de
los salmos
, y a ella ha seguido
La profesión de Judas (2000)
que  alcanzó el Premio Nacional
de la Crítica ese mismo año.
   
  GRITO DESDE MI ALTURA  
 
 
Este es el tiempo de los desprevenidos, el tiempo en que los pájaros
anuncian su perjurio y en la autonomía triste de sus alas entregan
libertad por cuencos de arena.
 
Este es el tiempo de llorar.
 
Los poetas, oh los poetas, hablan de pájaros:
 
pájaros que se mecen en sus palmas a la sombra de los alerces o
en
los tabernáculos del socialismo,
 
que se mecen en la espera de una lluvia intemporal,
 
pájaros que se desnudan para olvidar la maceración de la rosa.
 
Es el tiempo de los alientos, de los largos alientos bellísimos y
autumnales.
 
Los periodistas desean limusinas de opio y rescatan la memoria entregada
del gran masturbador.
 
Los arcedianos encienden y golpean un candil sin aceite y buscan en la
oscuridad la sombra de un hombre pobre.
 
Los internautas han contemplado la desolación y en ella procrean
sintagmas
y quimeras.
 
Los concursantes y los que habitan el ocio suben a los escaños y gritan
honor y sed de basura.
 
Los entomólogos sufren la deprecación de los obispos y sueñan un futuro
de palomas mutiladas.
 
Las bellas, las rameras,
las dulces, las estúpidas
las libertarias y las gozosamente esclavas,
las damas intrascendentes y las vedetes no académicas,
las esposas de los novelistas y las que bordan patrias y trofeos,
las que cocinan salsas en los comedores públicos y las que se depilan en
las
escaleras de los hoteles de lujo,
las que se prestan al olvido de los militares despedazados en avionetas
de recreo,
todas las que respiran el fatuo aroma de la nueva poesía,
contestan sus móviles,
pidiendo igualdad, zapatos planos y bonitos grilletes de cuero negro.
 
¿Qué sueñan los poetas?
¿Dónde está el tiempo de los pájaros? ¿Dónde se esconde el negocio de la
protesta y el enojoso silencio de las cargas políticas en los
astilleros?
 
Decidme... ¡Los poetas! ¿Dónde está el hombre nuevo?
 
Aquellos que en la consecuencia de la realidad esculpen con heces y
euros
en todas las editoriales.
 
Aquellos que dominan.
 
Dónde esos desvergonzados poetas.
 
Esos que han determinado su oficio entre el imperio sosegado de los
saltimbanquis.
 
(ya lo dijo en el recreo un niño -vienen los orcos-)
(lo dijo en los arrabales la impiedad -ya viene la canalla-)
(lo dijo en la colina el constructor y el cambista -que ya viene la
sopa-)
 
Y ahora -por fin- quién vendrá para llamar a mi puerta,
llamar a nuestra puerta ofertando la limosna del infierno prometido,
preparando el poder del beso de una perenne Navidad solidaria,
con los pájaros asiáticos y desertores,
junto al hombre que se ha levantado y grita,
y grita mientras muere siempre equivocado en un pozo de arena...
 
  Febrero de 2004.
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