Nš 16/ Verano (junio) de 2009     HARTZ
 
 
APARICIÓN (16)
 
 
 ...tú y yo...

Pablo Neruda

Como único comentario al epígrafe de Neruda sólo merece indicarse la situación del planeta: decadencia, terrorismo, corrupción administrativa, crimen organizado, pánico financiero y sanitario... ¿Tú y yo? Lo veremos.

Se nos ha dicho que los textos en prosa del número anterior de esta Revista adolecen de oscuridad a causa del uso de palabras no comunes, de difícil comprensión a la simple lectura.

Repliquemos que, entrados en materia, los temas requieren la utilización de términos cultos, ténicos o científicos, y que el haber recurrido a ellos nos mueve un afán de precisión, no de pedantería. Pensamos, además, que la única voz desusada que quedó sin definición correspondiente es la de ‘afasia’, aunque el contexto podría orientar respecto de su significado. Técnicamente ‘afasia’ se refiere a la pérdida de la palabra por una lesión cerebral. En el artículo Incidencias del yo contemporáneo, designamos la decisión de Enrique Banchs de permanecer callado como un proceso de afasia, de mutismo que es nulidad oral por la que el yo poético se equipara ya sólo a a "un lago silencioso".

Negada la "múltiple vida indivisible", como el mismo Banchs describe en otro poema, se logra así un estado de serenidad, "sin rencores, sin amarguras, / sin angustias y sin desvelos", que es estado de ataraxia como el que describían, a su vez, y al que aspiraban los representantes de la filosofía helenística.

De aquí, pues, de la afasia a la ataraxia, los términos se hilvanan en una misma dirección: al mencionar a Sixto Empírico, aludimos a los escépticos y éstos nos llevan a la epojé, que es a fin de cuentas la expresión que Husserl tomó de ese autor para exponer su propia doctrina.

Tanto el significado de esos vocablos, como el de otros, está definido o se supone que es inferible del contexto, o que se le conoce por formar parte de una cultura general (el caso de dracma, ‘moneda griega’), o que, hallándose en textos expuestos en internet, llegan a un público informado para el que ciertas palabras no encierran dificultad alguna: avoirdupois es voz que hace referencia al sistema de pesos usado en países de habla inglesa y que comprenderán fácilmente personas de origen sajón.

Por cierto, oxímoron es "combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido" (Dic. de RAE), con cuyo plural, oxímoros, caracterizamos en la presente entrega uno de los rasgos de la expresión poética de J.L. Gómez Toré (ver reseña en Envíos). En cuanto a la relación (ibídem), entre Paul Celan y el verso: "el crimen y la música", es obvia. Cfr.: la célebre Todesfuge (Fuga de la muerte), donde ‘fuga’ es término musical.

Conviene decir, llegados a este punto, que Hartz no se propone con esos textos, ni con cualesquiera otros, divulgar ideas. Difundir sí, pero no divulgar en sentido grosero de "divulgación". Y puesto que de divulgación hay que hablar, igualmente advertir lo siguiente.

En Las ilusiones de la Red afirmamos —se dirá que con temeridad—, que "como proyecto enciclopédico la Wikipedia es sólo un simulacro, no una enciclopedia auténtica".

El 19 de mayo de este año a Umberto Eco se le otorgó la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes en Madrid. Tras agradecer la distinción, el prestigioso escritor italiano dictó una conferencia titulada «Semiótica de la cultura hoy». Eco comenzaba haciendo referencia a la cultura, a la disciplina de la Semiótica, a la memoria y a los laberintos, espejos y dobles —motivos éstos últimos presentes en Borges y que también han sido fuente de inspiración para el autor de El nombre de la rosa. Pasó luego a considerar el tema de las enciclopedias como repositorios y mapas de todo el saber de una cultura o civilización.

Al pasar una rápida ojeada a la historia de las enciclopedias, Eco llega a la conclusión de que en cada una de las voces que, en sucesión alfabética, constituyen el cuerpo de una enciclopedia se da un "componente molar", central, y un componente períferico que distingue y caracteriza a cada una de ellas (analógicamente, Eco recuerda el hecho de los lexemas o raíces de las palabras y de sus terminaciones o morfemas).

Partiendo de ese supueso, Eco explica la existencia de las enciclopedias según se basen en uno u otro de esos componentes. Las sumas de un saber especializado correspondería a las enciclopedias elaboradas conforme al "componente molar" de los conceptos y términos que las integran, enciclopedias dirigidas a un público restringido. Las enciclopedias generales, que él llama "enciclopedias medias", apelan a ese componente no central de los conceptos y voces en cuestión, y que tienen por destinatario al gran público.

Por lo expuesto podemos inferir que para Eco la Wikipedia vendría constituir una "enciclopedia media", como lo son muchas enciclopedias y diccionarios enciclopédicos que se editan hoy día.

Las grandes erudiciones presentan, a veces, puntos flacos. Aunque el autor de El nombre de la rosa aludió en la conferencia antedicha a la relación de las enciclopedias con las ciencias del conocimiento, no profundizó en el tema. Y queda la duda de hasta qué grado el saber contenido en una "enciclopedia media" permanece sin desnaturalizarse a fin de que pueda asimilarlo una persona de formación "media". Nosotros hemos hablado de "enciclopedia auténtica". Pero adviértase que "lo auténtico o no auténtico" depende de lo que pueda estimarse que es un "proyecto enciclopédico". Eco no considera que toda enciclopedia se sustenta de unas concepciones (siempre variables y susceptibles de revisión) de lo que es el conocimiento y de las conexiones supuestas entre la realidad y el sujeto que se propone y dice conocerla.

El embrollo persiste porque se mezclan órdenes distintos. La creciente democratización impulsa la idea de que los saberes tienen que llegar a todos los sectores y capas de la sociedad, lo cual implica nivelarlos, hacerlos accesibles en forma de "enciclopedias medias". Sucede, sin embargo, que la democratización responde a un concepto político y una cuestión política. Por su parte, el saber pertenece a distinto ámbito: al área del conocimiento en la que no se dirime si esto o aquello es adecuado o no a unas necesidades sociales determinadas, sino si esto o aquello es verdadero o falso, o si al menos es cierto o incierto. Lo demás es sociología, condicionamiento, estrategia o previsión.

No deja de ser significativo que un autor de bestsellers como Eco defienda la idea de enciclopedias medias para un público medio de instrucción media. ¿Saberes corrientes (¿a medias?), por una parte, y saberes especializados, por otra? Más bien, aun cuando apele al convencimiento de una enciclopedia total como modelo utópico inspirador, parece estar proyectando Eco su propia situación de tratadista, de teórico y experto joyceano en laberintos y espejismos a lo Borges, por un lado, y por otro de hábil narrador para masas lectoras, maravilladas y crédulas.

Qué duda cabe. La condición humana siempre supondrá un yo y un tú en consonancia. La tarea del saber y del conocimiento y la consecuente de difundirlos vienen a confirmar tal relación. Es lo que sabemos con certeza.

Puesto que se habla tanto de crisis, diluyamos de una vez el término y digamos que lo que sucede en el mundo, por encima y por debajo de tantas crisis parciales, es crisis de humanidad. A la exploración de ella están dedicados los textos de este número l6. Para sorpresa de nuestros acompañantes lectores en Incidencias del yo... haremos entrar en escena un actor inesperado del que no dan cuenta las historias literarias y que ya es oportuno que registremos puntualmente.

Y a la crisis actual de humanidad dedicamos el epígrafe de Neruda que, dividido entre la Portada y esta página, rehecho queda tal cual: ...tú y yo transmigrados de estrella...

Transmigrados, o en trance de transmigrar, tenemos el sumario del número décimo sexto, como sigue:

  • La sección inicial de poemas.

  • En la sección de artículos: Incidencias del yo contemporáneo – 5.

  • La sección de novedades ofrece:

    • Las ilusiones de la Red (3),

    • Los Premios Nobel de Literatura en su tinta (continuación)  y

    además proseguimos con:

    • Acotaciones de actualidad: Los poetas y el dinero (Tercer Parte), seguidas de:

    • Envíos, donde pueden leerse en especial las reseñas de los últimos envíos de libros.

  • Como en renovaciones anteriores, se actualiza el Indice de Autores.

  • Se mantiene y se actualiza la Bitácora.

  • Asimismo se actualiza la Lista de textos suprimidos, editados en anteriores entregas, que se podrá consultar en el Libreto.

  • Se siguen anunciando textos de próximos números en la Contraportada.

¡Y arre, Hartz, sin más dilación!

Madrid/12-junio-2009
volver