Nº 20/ Verano (junio) de 2011 | HARTZ |
APARICIÓN (20)
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Haikus, aforismos, diarios... Todo al mínimo, todo al día. Mientras tanto, ha ido
conformándose la época, en la dirección que le es propia, desde aquel 2002 en que dispusimos iniciar esta
Revista. Y creemos que hemos llegado al límite de las explicaciones.
Primero, porque el público de Internet no tiene interés en ellas, lo cual es ya un dato revelador
de estos tiempos: de cómo se ha ido despezadando la existencia humana en virtud de esa inmediatez y discontinuidad que
la misma Internet representa, configura y espolea en las comunicaciones, en los saberes y conocimientos pasados o recientes.
Segundo, y sobre todo, porque es ya hora de que sea sólo el movimiento, el decurso propiamente dicho, de las
publicaciones de Hartz el que se explique por sí mismo.
Continuidad, ya se sabe, la mantienen las series de que consta, aunque se interrumpan de modo temporal por
táctica dilatoria conveniente. Pausas hay, por tanto, que de manera mediata nos permiten absorber el nuevo material,
ampliar el horizonte y adquirir perspectivas, para estar así en condiciones de seguir el impulso y el ritmo.
El resto es anécdota banal. Que a alguien le haya gustado tanto el texto sobre la antología de
Carlota Caulfield: No soy tu musa (Ocho poetas irlandesas), al punto de transcribirlo completo sin indicar
procedencia, pues vale, sin que valga tan reprobable acción. Quien se empeña en luchar con tontos o mediocres, además de maleducados y desvergonzados,
pierde dignidad, estilo, correción, al igual que discutir con necios expone a necedad, como advertía
Goethe.
Puesto que de las triquiñuelas de los bloggers se trata, las cuales nada tienen que ver con Hartz,
que es publicación que se distingue por ofrecer al navegante textos inéditos propios y coordinados en su
totalidad, volvemos a la carga con Las ilusiones de la Red, que llega así a la sexta parte.
Para dar espacio al texto sobre el Conde de Foxá, de cuya obra hay reseña en la
página de Envíos, sigue interrumpida la serie Los poetas
y el dinero. Asimismo, interrumpimos la serie de las antologías, esta vez para incluir una verdadera sorpresa: el
artículo No sólo Fernando Pessoa, que constituye un fresco de la rica literatura portuguesa en sus
más connotados personajes de los años veinte del siglo ídem, aún desconocidos por el
público de lengua española. Las demás series y secciones se mantienen.
Sin má explicaciones, Hartz prosigue, sustanciosa e informativa. El epígrafe de la
página principal, como siempre, acompaña los vaivenes de los acontecimientos mundiales con su alusión
irónica y resplandor de poesía estelar. Y, como suele ocurrir, la traducción es nuestra.
La composición de este número 20 queda delmodo siguiente:
¡Y a seguir el viaje, impertérrita Hartz!
Madrid/5-junio-2011 |
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