Nº 25/ Primavera (marzo) de 2015   HARTZ
 
 
APARICIÓN (25)
 
 
HARTZ EN MARCHA
 
 Pobre barquilla...

Lope de Vega

Durante año y medio estuvo suspendida la actividad de Hartz a causa de las dificultades técnicas del servidor donde nuestra Revista se halla alojada. La interrupción se efectuó en el momento en que habíamos entrado en una fase de incertidumbre por el rumbo que debíamos tomar con respecto a los requerimientos que la Red empezaba a imponer.

Los requerimientos eran consecuencia de los cambios suscitados por el auge de las tecnologías más recientes (v. gr., la telefonía móvil), y por la necesidad de establecer algún orden y normas de juego ante el caos que originaban la avidez de un público de internautas cada vez más numeroso, el enorme volumen de producción de sitios web y la gran competitividad que ello suponía.

Las exigencias nos parecían excesivas y algunas de ellas inútiles. Desde hacía años nos convencimos de que éramos una publicación minoritaria. Nuestras aspiraciones de buen gusto, calidad y esmero de información no se avienen con el descenso de cultura e instrucción que instiga la época actual, bajo pretexto de ser más democrática, tolerante y justa, más abierta a las transformaciones de las sociedades modernas y a los deseos tornadizos de una población mundial educada y competente

Ilusiones son ésas, por supuesto, como las que intentamos denunciar en artículos y ensayos. Mientras, encallando, y sin posibilidad de reponer los textos publicados, o al menos extraerlos y situarlos en otro lugar, tuvimos tiempo de discurrir en torno a lo ya recorrido y, de resultas, volvernos más descreídos, cautos y previsores.

El Director de Hartz consideró que lo publicado en series y en prosa merecía el cierre definitivo o un cambio drástico en caso de seguir con la publicación. La perplejidad nos invadió. Al término de un año transcurrido, habiendo abandonado todo acceso a los archivos de la Revista, al revisar por curiosidad lo que podía haber quedado de su presencia en internet nos llevamos gran sorpresa.

Google, severo al parecer en la selección de aquello que tiene por objeto indexar para mostrarlo al público, seguía manteniendo en sus listas el título de Hartz - Revista, etc., aunque no fuera en primeras posiciones, como había sido tiempo atrás.

Por el número de veces que se le registraba o aludía, significaba no sólo la importancia que los motores de búsqueda continuaban concediéndole, sino el interés permanente entre quienes —fueran pocos o muchos— la conocían y deseaban saber de ella y de si aún persistía en la Red.

Y aunque no pasáramos por alto que la presencia de Hartz, se debía, en parte, a la página que nuestro Director le había dedicado en Facebook, el descuido invariable de esa página no permitía explicarnos que se le mantuviera en Google. Tal comprobación acrecentó la indecisa inquietud de proseguir. Pasados seis meses, descubriendo que el servidor había resuelto sus dificultades, determinamos volver a la batalla.

A la batalla, pero con menos apremios. Porque, descreídos, cautos y previsores, con la disposición del Director de disminuir la carga polémica de los textos en prosa, optamos por concluir los trabajos que habíamos iniciado poco antes del percance.

Hemos reconfigurado el Índice de Autores, enmendando el diseño, los gazapos de codificación, las erratas y faltas, que constituían demérito en una revista literaria o de poesía. Aunque lo principal esté realizado, continuaremos efectuando ajustes, a fin de presentar un diseño digno y una edición de textos irreprochable.

El presente número trae, como siempre, la novedad de poemas inéditos en el lugar correspondiente. Otras secciones las ocupan los textos que habían quedado sin editar, que eran parte del anterior número incompleto. No se incluye el artículo sobre Guillermo de Torre, que para terminarlo necesitaríamos bibliografía específica de la que carecemos. Se restituye en Envíos la reseña que debió figurar en el número anterior.

Damos término a Las ilusiones de la Red, concluimos con la serie Los poetas y el dinero y sólo proseguiremos las de los Premios Nobel y del Yo contemporáneo, que son las que mayor aceptación han tenido entre el público.

En los próximos números se apreciarán las modificaciones que requiera esta nueva etapa de la Revista. Entre tanto este 25 queda organizado del siguiente modo:

  • En la sección inicial: Poemas;

  • En la sección de artículos: Incidencias del yo contemporáneo – 13;

  • y en la sección de novedades:

    • Las ilusiones de la Red – 10 y último,

    • Los Premios Nobel de Literatura en su tinta (Continuación: 10),

    además de:

    • Acotaciones de actualidad: Los poetas y el dinero (Séptima Parte y final),

    seguidas de:

  • Envíos, en donde se consignan y reseñan los libros que se nos han enviado.

  • Como queda dicho, se reconfiguró, y se actualizó, la presentación de nuestro Indice de Autores;

  • se pone al día, con las citas o epígrafes publicados en la página principal, la Bitácora.

  • Se corrige y actualiza la Lista de textos suprimidos, editados hasta la fecha, que ha de consultarse en el Libreto.

¡Abran escotillas! ¡Desplieguen velas! ¡Que la pobre barquilla nuestra —oh Hartz— vuelve a los espacios de internet!

Madrid/24-mayo-2015
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