Nº 27/ Primavera (marzo) de 2017 | HARTZ |
APARICIÓN (27)
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LA NUEVA ETAPA |
Ando en el buque de la vida... José Martí
Rubén Darío murió hace cien años. De modo oportuno, podría decirse, porque moría en 1916, o sea, a mitad de
la contienda que llamaron Primera Guerra mundial, en el momento en que una estética –la que él mismo asumía y había representado–,
llegaba a su fin. Podrá ser casual, pero la coincidencia isócrona de los acontecimientos da que pensar.
Cervantes y Shakespeare murieron en un mismo año, el 23 y 25 de abril de 1516, respectivamente. Con la muerte de ambos moría lo que
restaba de Renacimiento en transición del siglo anterior. A partir de esa fecha el siglo XVII avanzó hacia el pleno período del Barroco.
Un período que se extiende precisamente hasta 1715, el año de la muerte de Luis XIV con quien acaba la etapa gloriosa del clasicismo francés.
El advenimiento de Luis XV en Francia en 1716 marca el inicio del Siglo de la Ilustración en Europa, que se cierra políticamente, ya en el
siglo XIX, con la derrota de Napoleón y con el Congreso de 1815.
La comprobación de los datos precedentes parece indicar que se repite, de modo casual o no, en fechas semejantes, el cierre de unos períodos
para abrirse otros. La catástrofe de las Torres Gemelas ocurrida el primer año del siglo XXI pareció simbolizar la línea divisoria entre dos
épocas.
Pero un examen detenido de los hechos mundiales de los quince años posteriores induciría más bien a pensar que el tiempo transcurrido,
hasta hoy, fue el finale de la sinfonía tormentosa del siglo XX. El descenso a la tumba de un personaje clave de la política internacional coincide, a fines
de 2016, con el ascenso próximo de otro importante personaje al poder.
Y así, al igual que, habiendo sucedido a Luis XIV Luis XV, se definía a partir de 1716 el siglo XVIII, y con la resultante
reorganización política de Europa después del Congreso de Viena de 1815, el siglo XIX, y con el triunfo del leninismo tras la revolución de 1917 en Rusia
y el fin de la Primera Guerra mundial en 1918, el siglo XX, podría decirse que, según todas las señales, ahora, desde el 2017, comienza
verdaderamente el siglo XXI.
Sea bajo previsiones funestas o expectativas esperanzadoras, parece que empieza una nueva etapa en el mundo. ¡Oh coincidencias! Como la nueva
etapa que se consolida en Hartz con la publicación del número 27.
Y, porque andamos "en el buque de la vida", Hartz, en consonancia con los tiempos presentes, se renueva. Se
abre a nuevos a autores, a nuevos espacios —vale recordar que "espacios" era la voz clave con que se inauguró en su primera etapa la Revista: nave, en fin, en el
espacio, espacios de texto, espacios electrónicos, espacios infinitos de los versos de Giacomo Leopardi...—, a nuevas realizaciones.
De ahí que, apartándonos de los círculos más restringidos de la poesía española, incluyamos por deseo del
Director, como homenaje de amistad y en memoria de Fuensanta Carrero Díez, los versos de Carlos Arnanz Ruiz, en la sección correspondiente. De ahí que en la misma sección presentemos
poetas menos apegados a esos círculos (Manuel Onetti), que proceden de otras zonas de la lengua española (Eduardo Escalante) o de otros
ámbitos lingüistícos hasta ahora no considerados (Jérôme Aviron).
No significa que inclinemos la nave para permitir el embarque de cualquier "poesía de Internet", como la que suele dejarse que flote por los confusos
espacios digitales. Sí abrimos escotillas, cerramos estancias y despejamos camarotes.
De ese modo, el cambio anunciado para la sección Envíos se aproxima con la última
anotación, dedicada al último nuevo libro recibido de M.O. Pereira Lage, en este número 27. Clausuramos así
Envíos, a los que se podrá tener acceso en los próximos números, desde el menú o desde
la Portada, bajo el nombre genérico de Recibidos. Suplirá su falta la página alternativa que se añada en el transcurso
de 2017.
Aunque no sea el que inicialmente habíamos seleccionado y traducido, el poema de Georg Trakl cumple ahora con el propósito de
celebración en 2014 del centenario de la muerte de este poeta alemán, que no pudimos efectuar entonces.
La presencia de Wenceslau de Moraes podrá ser sorpresa, pero no desdice conforme a la nueva orientación de la Revista. Por el
contrario: acompaña el objetivo de incluir más traducciones y nuevos temas, otras zonas de interés a fin de internacionalizarla, haciéndola
rebasar los estrechos límites de una sosa revista española.
Por tanto, tenemos que según las nuevas directrices este número 27 se organiza como sigue:
¡Suelten amarras, enciendan motores, hínchense la velas! ¡Hartz, de nuevo, se echa a los espacios procelosos!
X.–30-diciembre-2016 |
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