Nš 28/ Verano (junio) de 2017   HARTZ
   
   
  MODESTO CALDERÓN
   
  DESPUÉS DE LA NOCHE  
  Existo en lo que escribo, y escribiendo
hallo un modo de estar en este mundo.
A través de palabras me descubro
y descubro conmigo lo que fluye.
Construyo en el océano mi suerte.
El océano soy y también la gota.
No aspiro a nada más que a ser yo mismo.
Con alegría acepto la corriente
y mi existencia dentro de las olas.
En ellas viajo sin temor a nada,
cultivando la paz y la alegría.
No siempre ha sido así. Lo reconozco.
Procedo de un silencio interminable
roído lentamente por insectos.
También en el sosiego el mar se mueve.
Acumula su fuerza el dios dormido
y un día de repente el terremoto
estalla sin anuncios y secciona
el pecho de las noches y los días.
No hay nadie que lo entienda, y sin embargo
en un instante queda todo roto.
Aquellos que viajaban de la mano
acaban separados para siempre.
Nuevas montañas surgen de la nada,
nuevos abismos donde había bosques.
Todo empieza de nuevo, lentamente.
De esto quiero escribir. Que ya amanece,
y queda atrás la noche con sus ruinas.
De esto quiero escribir. De un nuevo día.

 
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